Elige el equipo que más te conviene según tu práctica diaria y comienza a usarlo. Aprende una configuración lógica que haga que «parar a tomar una fotografía» sea simplemente «tomar una fotografía». Siente como sólo tú decides qué es lo que se va a ver en tu foto.
Registra la llegada de tus pacientes rápidamente con resultados impecables. Comprueba la calidad de tus tratamientos a otro nivel. Mantén una comunicación fluida con tu compañero, con el laboratorio o con el propio paciente con el protocolo DSD.
Decide que técnica quieres realizar y qué dispositivos vas a utilizar. Maneja con lógica retractores, contrastadores y espejos. Aprende esos trucos que hacen que tus fotografías sean excelentes.
Descarga tus archivos y comienza a catalogarlos. Edita tus imágenes para adaptarla a una presentación, un artículo o a un póster para la entrada de tu clínica. Encuentra con facilidad ese caso que te gustó tanto.